Bélgica es un país que combina historia, cultura y paisajes encantadores. Viajar en un tren de lujo por este pequeño pero fascinante país le permitirá descubrir ciudades medievales, impresionantes castillos y una rica tradición gastronómica. Desde la comodidad de su cabina, podrá observar las colinas de Flandes y los pintorescos canales de Brujas, mientras disfruta de un servicio exclusivo y de experiencias únicas en cada parada.
Recorrer Bélgica en tren de lujo es la forma ideal de explorar sus tesoros ocultos y sus ciudades históricas, todo mientras disfruta de un servicio de primera clase y de la máxima comodidad. La red ferroviaria belga es una de las más avanzadas de Europa, lo que le permite disfrutar de un viaje fluido y sin interrupciones entre sus principales destinos. Además, la experiencia en tren le ofrece un acceso privilegiado a la historia y la cultura del país, desde la Edad Media hasta el arte contemporáneo.
El Venice Simplon-Orient-Express, que conecta París con Venecia, ofrece salidas desde Bruselas.
Los itinerarios más emblemáticos incluyen la ruta del Venice Simplon-Orient-Express, que conecta Bruselas con París y Venecia, permitiéndole disfrutar de la arquitectura art nouveau de Bruselas y del encanto de Brujas.
Viajar en tren de lujo por Bélgica le ofrece la oportunidad de descubrir un país pequeño en tamaño pero grande en historia y cultura. A bordo de trenes elegantes y exclusivos, podrá disfrutar de experiencias como cenas gourmet con los mejores ingredientes locales, degustaciones de cervezas belgas y visitas guiadas a monumentos históricos. Además, la proximidad entre ciudades permite realizar trayectos cortos y cómodos, con todo el lujo y la sofisticación que caracterizan a este tipo de viajes.
Bélgica es conocida por su amplia tradición ferroviaria, y fue el primer país en Europa continental en contar con una línea de tren en 1835.
Bruselas alberga uno de los monumentos ferroviarios más famosos de Europa: la Estación Central, una joya arquitectónica del siglo XIX.
El tren ha sido una parte fundamental de la historia belga, conectando sus ciudades desde tiempos de la Revolución Industrial.